Los tornillos son instrumentos esenciales en el universo de la construcción, se trata de elementos clave en el manejo de estructuras metálicas, en este artículo de contaremos cómo se hace un tornillo.
Para iniciar, debemos definir que un tornillo es una pieza cilíndrica o cónica, generalmente metálica, con resalte en hélice y cabeza apropiada para ser enroscada. Estos son capaces de sujetar o unir una o más piezas y sirven para crear desde naves espaciales hasta teléfonos celulares.
Los tornillos generalmente son elaborados con alambrón de acero. Este metal debe pasar hasta 30 horas en un horno, a altísimas temperaturas para ser ablandado y así poder trabajarlo; posteriormente el alambrón se sumerge en un baño de ácido sulfúrico para retirar toda partícula de óxido, enseguida se enjuaga con agua corriente y después se baña en fosfato con la finalidad de evitar la oxidación del metal y lubricarlo para ser moldeado con mayor facilidad.
El forjado en frío es la técnica utilizada para la fabricación de los tornillos. Primero se moldea el metal a temperatura ambiente para después pasar por varios moldes a alta presión. Una máquina moldeadora inicia enderezando el alambrón, después lo corta en trozos (estos deben ser más largos que el futuro tornillo).
El primer molde por el que pasa cada pieza es para darle la forma redonda perfecta, posteriormente cruza por una serie de moldes que van configurando la cabeza del tornillo; existen cabezas hexagonales, cuadradas, planas, Torx, Philips, de gota, entre otras.
El extremo opuesto o punta del tornillo es creado por una herramienta llamada punteadora, ésta le infiere la forma a cada pieza, se le conoce como ‘chaflán’, es decir el área que generalmente es enganchada a una tuerca.
Para crear el sistema para enroscar el tornillo también recurre al método de forjado en frío. Cada pieza debe pasar por unos rodillos a alta presión que imprimirán los filetes que le dan esa forma tan característica.
Finalmente son pasados por un horno a 800˚C, durante una hora, esto creará mayor resistencia; en seguida atraviesan por un enfriado rápido (5 minutos) en aceite para solidificar la estructura interna. Lo cual genera una pieza dura, pero quebradiza, por lo que se vuelven a calentar, por una hora más, para así evitar dicha fragilidad.
¡Voila, tenemos un tornillo!
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MultiTips:
El departamento de control de calidad es de suma importancia, pues ellos son quienes comprueban que cada tornillo cumpla con las medidas correctas, es decir, cuente con la anchura de cabeza adecuada, estén calibrados los anillos o roscas y tenga la resistencia y fortaleza indicada.
Los metales ferrosos como el acero, hierro o acero inoxidable son la materia prima por excelencia para la fabricación de un tornillo, sin embargo, algunos metales no ferrosos como el latón y bronce también son utilizados, incluso existen tornillos con aleaciones de ambos metales.